Ya han llegado los Reyes Magos de Oriente, unas fechas muy especiales sobre todo para los más pequeños de la casa. Es época de regalos e ilusión, como cada año los niños han recibido ese juguete que llevan meses viendo por televisión y pidiendo a sus padres. Hoy en día con la tecnología todo avanza a pasos agigantados y el mundo de los juguetes no iba a quedarse atrás. Por lo que reciclar tus pilas es ahora en estas fechas más que útil…¡es necesario!
Los juguetes de hoy en día no son como los de antes, casi todos ellos son RAEE (residuos de aparatos eléctricos y electrónicos) y para funcionar necesitan pilas y acumuladores. Pero… ¿qué debemos hacer con estos residuos de pilas y acumuladores (RPA) una vez se agotan o dejan de funcionar?
Mucho antes de que el juguete se nos estropee las llamadas pilas o acumuladores acaban por gastarse, es entonces cuando debemos comprar nuevas pilas para que el juguete siga funcionando. ¿Y qué hacemos con las viejas? Si no reciclamos correctamente este tipo de residuos a la larga puede ser muy perjudicial para la tierra, contienen elementos nocivos que en vertederos o arrojados al entorno se degradan y se filtran al suelo contaminando tierra y acuíferos. Una sola pila puede llegar a contaminar durante un periodo superior a los 1000 años.
Aunque cada vez hay más campañas de información y concienciación al respecto, queda mucho por hacer para que la población se conciencie y empiece a reciclar estos residuos al igual que hacen con el plástico, vidrio, etc. Materiales a los que la población están mucho más acostumbrados a reciclar, ya que se llevan años haciendo campañas de concienciación y existe cierta cultura de este tipo de reciclaje.
Además, la vida útil de las pilas son mucho mayor que el uso hasta que se acaba su energía. Una vez que recogemos este tipo de residuos, se llevan a las plantas de reciclaje donde comienza el proceso de separación de los materiales de los RPA (residuos de pilas o acumuladores). Posteriormente se recuperan metales como zinc, manganeso, litio, cobalto, plomo, níquel o cadmio. Algunos de estos metales se podrán utilizar para hacer nuevas baterías y otros van destinados a la siderurgia.
Es por todo esto que cuando una pila se acabe, o una batería esté inservible, debemos llevarla al contenedor de pilas más cercano, en su defecto al punto limpio más cercano a nuestra localidad.
¡A reciclar tus pilas!