Desde Recicla tus Pilas Andalucía damos mucha importancia al proceso completo del reciclaje de pilas y acumuladores (RPA) pero también queremos explicarlos en detalle cómo se fabrican las pilas y las baterías a partir de los materiales obtenidos del reciclaje.
Las pilas de la actualidad funcionan cuando dos electrodos reaccionan entre si cuando están sumergidos en una composición electrolítica alcalina. Este proceso solo ocurre cuando el circuito está cerrado y se produce una reacción química entre los electrodos. Así se libera un conjunto de electrones que hace que la pila o la batería produzca un flujo de corriente eléctrica.
Proceso de fabricación
Uno de los principales problemas que nos encontramos en el proceso de fabricación es pasar esta energía que se ha generado a los aparatos eléctricos y electrónicos. Esto se consigue a través de un ‘clavo’ o de un pequeño alambre de metal el cual podemos decir que es el corazón de la pila. Este alambre de latón (buen conductor debido a su alto contenido el cobre), uno de los materiales que se obtienen tras el reciclaje de los residuos de pilas y acumuladores (RPA), viene en grandes bobinas con kilómetros de largo.
Se debe tener especial cuidado con el latón, ya que puede estar contaminado con suciedad y restos de aceite, por ese motivo se centrifuga en con arena para que se retiren todas las virutas y quede totalmente limpio. Una vez que estos clavos están perfectos, se les suelda una tapa de acero niquelado a cada clavo, que es lo que conecta directamente con las clavijas de los aparatos eléctricos y electrónicos una vez introducimos la pila en ellos. Cuando estos clavos ya están conectados necesitan bastante potencia.
El proceso para darle potencia a la pila o batería comienza con el ánodo hecho de zinc, ya que este metal libera muchos electrones fácilmente. Este metal, el cual también se obtiene tras el reciclaje de RPA viene en grandes planchas pesadas, las cuales son fundidas en hornos eléctricos de gran potencia. Una vez que el zinc está fundido, se revuelve en un gran tanque para convertirlo en polvo, posteriormente se le añade un gel especial y ya estaría listo para usarse en la batería.
El problema que se presenta a continuación en el proceso de fabricación es que los electrodos de la pila nunca deben entrar en contacto entre si. Para ello se envuelve el zinc con un rollo de papel laminado que se suele llamar el ‘separador’. Estos rollos vienen en grandes formatos los cuales deben de ser divididos en partes más pequeñas, ya que miden varios kilómetros de longitud.
Todas las pilas necesitan un polo positivo y uno negativo, necesitamos un segundo electrodo hecho de dióxido de manganeso. Este material es ideal para atraer los electrones liberados por el zinc. Por si solo no es un conductor muy bueno pero cuando lo mezclamos con el grafito sí lo es. Es necesario mucha maquinaria e instalaciones bastante grandes para fabricar el polvo de dióxido de manganeso y el grafito, los cuales se introducen en el interior de las pilas y baterías.
A continuación, un transportador magnético traslada las pilas y las baterías para su ensamblaje final. Una maquina introduce el separador junto con una solución electrolítica alcalina a las carcasas de las pilas. Posteriormente el transportador magnético establece el líquido electrolítico, se le añaden el gel de zinc y el clavo y finalmente una taponadora sella cada pila o batería.