Las pilas se han convertido en un elemento más de nuestro día a día. Multitud de aparatos electrónicos que utilizamos tanto en casa, en la oficina, como en nuestros ratos de ocio requieren de las mismas para su funcionamiento. Su convivencia con ellas forma parte de nuestra rutina, pero… ¿alguna vez te has preguntado cómo son por dentro?
Si la analizamos desde su interior hacia su exterior, lo primero que encontramos es un núcleo de carbón donde se sitúa el colector, este es el encargado de canalizar el río de electrones hacia el polo negativo, está hecho de cobre. El núcleo se encuentra recubierto por una pasta de zinc, que hace que los electrones circulen hacia el polo negativo junto con el colector.
La siguiente capa está compuesta de dióxido de manganeso, ésta realiza la función contraria que la anterior, el envío de electrones hacia el polo positivo de la pila.
Por último, nos encontramos la carcasa y etiqueta protectora hechas de zinc. Tienen como función aislar los elementos químicos que conforman a la pila, evitando así que entren en contacto con las personas. Además, ayudan a la circulación de los electrones hacia el polo positivo.
Como habrás podido comprobar, son muchos los elementos químicos que contiene una pila. Estos pueden ser muy perjudiciales para el medio ambiente si no se realiza un correcto reciclaje.
Nueva vida para los distintos componentes
Al reciclar, no solo beneficiamos al Medio Ambiente, también contribuimos a la economía circular, ya que muchas de las partes de una pila pueden ser reutilizadas posteriormente para obtener nueva materia prima tanto férrea como no férrea o aplicarlas en otras industrias como la de la construcción.
Ahora que ya conoces en profundidad cómo es una pila y los elementos que la componen, puedes ser consciente del daño que puede causar si entra en contacto de forma no segura con el entorno. Desde Recicla tus Pilas Andalucía te animamos a llevar a cabo un reciclaje correcto de residuos de pilas y acumuladores (RPA).