Con el incremento en la última década del uso de dispositivos portátiles han aparecido nuevas tecnologías que no solo permiten el extender la vida útil de los mismos, sino también utilizarlos durante más tiempo sin depender de corriente eléctrica para funcionar. Las baterías entran aquí como un elemento indispensable. Para aquellas personas que utilizan ordenadores y smartphones de forma continua o durante muchas horas seguidas, los sistemas de carga rápida suponen una gran ayuda. El suministrar una gran cantidad de energía a las baterías de sus dispositivos en muy poco tiempo les garantiza poder usarlos durante todo el tiempo que necesitan.
Hoy en día, hay cargadores capaces de suministrar cargas de 120W, llegando a poner al móvil u ordenador al 100% de batería en poco menos de 30 minutos. Algo impensable hace tan solo unos años, cuando teníamos que esperar hasta 2 horas para tener una batería totalmente cargada. Además, cada vez es más común encontrar en el mercado modelos de dispositivos móviles y portátiles que disponen de carga rápida, no solo aquellos catalogados de alta gama, como solía ser hace unos años.
Con la intención de poder sacarle el máximo provecho posible o saber que precauciones debemos tomar para llevar a cabo un uso correcto, vamos a repasar algunas de las ventajas e inconvenientes que tiene el usar este tipo de tecnología con nuestros móviles y portátiles.
Ventajas de la carga rápida
- Reduce en los tiempos de espera: con la carga rápida, tendremos completamente cargado nuestro teléfono o portátil en muy poco tiempo, lo que nos hace ahorrar tiempo o tener que dejar conectado el teléfono durante la noche.
- Es un método sencillo y eficiente: cuanto más tiempo dure carga, menos dependencia tendremos de cables y tomas de corriente para utilizar el dispositivo. Una opción ideal si se está haciendo un viaje o usa mucho por trabajo.
- Evita que el dispositivo sufra daños: el procesador del dispositivo es capaz de regular la potencia e intensidad de la corriente eléctrica. Por ello, la carga rápida no es lineal como en un sistema normal. A partir del 80 o 90% de batería, la velocidad de carga se ralentiza de forma que la batería quede protegida de posibles sobrecargas.
- Nos libra de llevar un cargador a cuestas: al tener la batería rápidamente y con una cantidad de carga suficiente para su uso hará que no tengamos que tener un cargador siempre a mano, o en su defecto un powerbank, con el que suplir la falta de energía.
Inconvenientes de la carga rápida
- Sobrecalentamientos: el aumento de voltaje y amperaje de una carga rápida hace que el dispositivo tenga su energía al máximo, pero también que desprenda un poco de calor. En el caso de utilizar cargadores compatibles o sin certificado original, el dispositivo puede llegar a alcanzar temperaturas más elevadas de lo que soporta, llegando a sufrir daños severos o prolongados en el tiempo.
- Desgaste rápido: un uso frecuente de la carga rápida puede provocar que la batería del dispositivo se desgaste con mayor rapidez, ya que el deterioro de una batería se estima por sus ciclos de carga. Si de por sí todas las baterías tienen una vida limitada a 2 o 3 años, un abuso de carga rápida puede llegar a reducir este tiempo de manera notable.
- Problemas de garantía: en el caso que una batería se estropee a causa de un exceso de carga rápida, tendremos pocas opciones de repararla o sustituirla en periodo de garantía. Ya que por lo general, este suele ser bastante inferior al del resto de componentes del terminal.
En resumidas cuentas, los sistemas de carga rápida no son dañinos o perjudiciales. No supone un problema en sí mismo, siempre cuando no se haga de forma excesiva. Además, es una tecnología que resulta de enorme utilidad en muchas ocasiones. Por ello, se recomienda usar la carga rápida solo de ser necesaria, y emplear cargadores oficiales que aseguren una carga correcta y estable para nuestro dispositivo móvil o portátil.
Echa un vistazo a nuestra sección de noticias y redes sociales para saber que hacer para que tus dispositivos electrónicos rindan al máximo, y cómo reciclarlos cuando dejen de funcionar.