Existe una campana en la Universidad de Oxford que lleva 180 años funcionando alimentada por una pila. Esta pila tiene el récord Guinness por ser la batería más duradera del mundo hasta la actualidad. Pero existe un misterio en torno al funcionamiento de esta pila, nadie sabe exactamente por qué dura tanto o su composición interna.
La campana de Oxford ha sonado aproximadamente 10 mil millones de veces, aunque actualmente este sonido no es apreciable por el oído humano y además se encuentra dentro dos campanas de cristal. Este experimento centenario no deja de sorprender a los científicos, a los cuales les encantaría saber de qué están hechas estas pilas por dentro, pero si la abriesen, estropearían este longevo experimento.
Su funcionamiento
Consta de dos campanas, cada una abajo de pilas voltaicas conectadas en serie a un pequeño badajo que oscila rápidamente entre ellas. Con cada campanada, la batería libera una pequeña cantidad de carga, casi dos siglos después, aún no se ha agotado. El funcionamiento es el siguiente, el badajo golpea la campana y se carga negativamente, entonces, es repelido por la campana, también de carga negativa. Por lo que es atraído por la segunda campana, el badajo golpea la otra campana, se descarga, adquiere la misma carga que esta y vuelve a ser repelido, repitiendo el proceso una y otra vez.
Lo que se tiene claro, es que la parte exterior de esta pila está hecha de sulfuro, lo que sella la celda y el electrolito. Zamboni ya había desarrollado unas pilas similares en 1812, compuestas por 2000 pares de discos de papel y papel de plata, impregnados con sulfato de zinc a un lado y con manganeso al otro.
Se sabe que el voltaje entre las dos campanas de la pila de Oxford es de 2,5v. Los fabricantes del timbre eléctrico de Oxford escribieron una nota que decía ‘encendida en 1840’. Es sorprendente la capacidad electroquímica que consiguieron darle a esta batería. Es probable que el badajo de metal se desgaste antes de que se acabe la capacidad eléctrica de esta pila.